Como os comentábamos en las redes sociales hace unos días, la Unión Europea ha puesto en marcha una interesante campaña denominada “Inseparable”, que tiene como objetivo promover la reciente Política Pesquera Común, aprobada a finales de 2013, y que lucha por un sector sostenible tanto ambiental, como ecológica y socialmente.
Tal y como asegura la campaña, los europeos hemos sido inseparables del mar y de sus peces desde hace siglos. El pescado es una parte muy importante de nuestra dieta y nos ayuda a mantenernos sanos. Pero, además, la pesca nos proporciona puestos de trabajo y nos ayuda a prosperar.
Por todas esas razones, cuando consumimos pescado de nuestros mares debemos ser cuidadosos y sostenibles, con el fin de mantener la salud de los ecosistemas y ser capaces de preservar la pesca futura. La Unión Europea ha apostado desde hace años por la gestión sostenible. Con ello, se ha logrado, por ejemplo, que en determinadas zonas, como el Atlántico nororiental, las reservas sean capturadas de manera cada vez más sostenible, aunque, como afirman las autoridades “aún queda trabajo por hacer”.
Nueva Política Pesquera Común
La nueva Política Pesquera Común (PPC) ha hecho mucho hincapié en estos aspectos. Se busca cambiar el modo de consumo de pescado, como elemento vital para que el sector sea más sostenible. Tanto los consumidores como los agentes de mercado debemos ser conscientes de qué, cuándo y cómo comemos, para preservar esta valiosa fuente que es el mar.
¿Por qué es tan importante consumir productos procedents de una pesca sostenible? Porque los productos del mar son una parte importantísima de nuestra dieta. Nos proporcionan proteínas, ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales necesarios para una vida sana.
Mediante la correcta gestión de los recursos pesqueros podemos lograr que las poblaciones de peces se recuperen y prosperen, de tal modo que “podamos disfrutar de los beneficios que el pescado nos ofrece ahora, pero también permitir que nuestros hijos disfruten de ellos mañana”, aseguran.
Hay cientos de especies comestibles, tanto de pescado como de marisco. Como consumidores, deberemos tratar de elegir aquellas especies que no están en riesgo. A menudo, cambiar lo que comemos nos supone un gesto muy simple. Hay cientos de variedades que no conocemos, tan sabrosas o más que las que estamos acostumbrados a tomar. Solo tenemos que preguntar a nuestro pescadero de confianza. Él nos va a aconsejar y seguramente nos va a sorprender el resultado.
Tal y como asegura la campaña, los europeos hemos sido inseparables del mar y de sus peces desde hace siglos. El pescado es una parte muy importante de nuestra dieta y nos ayuda a mantenernos sanos. Pero, además, la pesca nos proporciona puestos de trabajo y nos ayuda a prosperar.
Por todas esas razones, cuando consumimos pescado de nuestros mares debemos ser cuidadosos y sostenibles, con el fin de mantener la salud de los ecosistemas y ser capaces de preservar la pesca futura. La Unión Europea ha apostado desde hace años por la gestión sostenible. Con ello, se ha logrado, por ejemplo, que en determinadas zonas, como el Atlántico nororiental, las reservas sean capturadas de manera cada vez más sostenible, aunque, como afirman las autoridades “aún queda trabajo por hacer”.
Nueva Política Pesquera Común
La nueva Política Pesquera Común (PPC) ha hecho mucho hincapié en estos aspectos. Se busca cambiar el modo de consumo de pescado, como elemento vital para que el sector sea más sostenible. Tanto los consumidores como los agentes de mercado debemos ser conscientes de qué, cuándo y cómo comemos, para preservar esta valiosa fuente que es el mar.
¿Por qué es tan importante consumir productos procedents de una pesca sostenible? Porque los productos del mar son una parte importantísima de nuestra dieta. Nos proporcionan proteínas, ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales necesarios para una vida sana.
Mediante la correcta gestión de los recursos pesqueros podemos lograr que las poblaciones de peces se recuperen y prosperen, de tal modo que “podamos disfrutar de los beneficios que el pescado nos ofrece ahora, pero también permitir que nuestros hijos disfruten de ellos mañana”, aseguran.
Hay cientos de especies comestibles, tanto de pescado como de marisco. Como consumidores, deberemos tratar de elegir aquellas especies que no están en riesgo. A menudo, cambiar lo que comemos nos supone un gesto muy simple. Hay cientos de variedades que no conocemos, tan sabrosas o más que las que estamos acostumbrados a tomar. Solo tenemos que preguntar a nuestro pescadero de confianza. Él nos va a aconsejar y seguramente nos va a sorprender el resultado.
Además, como venimos diciendo desde hace mucho tiempo, el tamaño, en este caso, sí que importa, sobre todo para algunas especies. La Unión Europea ha introducido tallas mínimas y/o periodos de pesca legales para asegurar que el pescado que llega al plato ha tenido tiempo de reproducirse. Tanto los pescaderos como los chefs en los restaurantes están ahí para ayudar a los consumidores. No temáis preguntarles por el origen del pescado. Las nuevas normas de etiquetado permiten conocer perfectamente lo que estamos comprando y de dónde procede el pescado. Miremos las etiquetas.
Asimismo, la acuicultura también tiene un papel importante que desempeñar a la hora de aportar pescados y mariscos sanos, nutritivos y sostenibles a nuestras mesas, aliviando la presión sobre los stocks silvestres. En la Unión Europea podemos comprar salmón, trucha, lubina, carpa, esturión, mejillones y ostras, entre muchas otras especies populares, todos ellos producidos de acuerdo con estrictas normas ambientales y de salud.
Por último, la información científica y las guías para el consumidor de las autoridades regionales o nacionales, y organizaciones de la industria y no gubernamentales también pueden ayudarnos a decidir sobre especies alternativas y las poblaciones de peces que no están en situación de riesgo de sobrepesca.
Todos podemos contribuir a hacer nuestros mares más sostenibles. ¡Hagámoslo!